FRANK O'HARA
(Baltimore, EE.UU., 1926–Long Island, id., 1966)
POR JAMES DEAN
Dame la bienvenida, si quieres,
como el embajador de un odio
que conoce su causa
y no envidio tus caprichos
que de él terminan.
Para un joven actor. Yo suplico
paz, dioses. Solo
en las calles vacías de Nueva York
Soy sus sucios pies y cabeza
y él está muerto
Ha golpeado en tu pared
de aire, su arrogancia, carreras
hacia tus alturas y tú
le has cortado de tu mesa
que se construye, como injustamente
para nosotros! No en los árboles, sino en las nubes.
Yo hablo como alguien cuya suciedad
es como su propiedad, de orgullo
y la velocidad su horrible
ejemplo más cercano que el habla de las sirenas,
Un espíritu ávido del castigo
que es tu único reconocimiento.
Paz! por ser fiel a una ciudad
de ratas y amar la envidia
de las manchadas, tristes bocas
de un arcano abatimiento
ardiendo silenciosamente en la percepción
de la desesperanza y el escándalo
en vigor antinatural sus sueños
Él ha golpeado en tu muro
de aire, tu arrogancia, las carreras
hacia tus alturas y tú
lo has cortado a él de tu mesa
que se construye, cómo injustamente
¡para nosotros! no en los árboles, sino en las nubes.
Versión sin datos.
***
Poesía
El único modo de estar en silencio
es ser rápido, así que te asusto
con torpeza, o te sorprendo
con una puñalada. Una mantis
religiosa conoce el tiempo más
íntimamente que yo y es
más informal. Los grillos usan
el tiempo como acompañamiento
de su inocente tic. Una cebra
corre en sentido antihorario.
Deseo todo esto.
Intensificarte con mi rapidez
y encanto como si
tuvieras lógica y comprobación,
pero aun así estar en silencio como si
estuviera habituado a ti; como si
nunca fueras a dejarme
y fueses el inexorable
producto de mi propio tiempo.
***
A Larry Rivers
¿Estás preocupado porque no escribes?
No lo estés. Es un homenaje
del aire el que tus cuadros no renuncien
a ti sin más. ¿Y qué poeta se sentó acaso
frente a un Tiziano, sacó
el cuaderno de versos y comenzó
su cantinela? No te quejes, querido,
tú haces lo que yo sólo puedo nombrar.
Versiones de Eleonora González Capria
***
Nocturno
No hay nada peor
que sentirme mal
y no poder decírtelo.
No porque vayas a matarme
ni porque eso vaya matarte, ni
porque no nos amemos.
Es el espacio. El cielo está gris
y claro, con sombras
rosas y azules debajo de cada nube.
Un avión diminuto deja caer su
mancha sobre el edificio de la ONU.
Mis ojos, como el millar de
cuadrados de vidrio, solamente reflejan.
Todo ve a través de mí,
durante el día tengo tanto calor
y a la noche me congelo, estoy
mal construido para el río
y la menor tempestad rompería
cada una de mis fibras.
¿Por qué no voy de este a oeste
en vez de ir de norte a sur?
Es culpa del arquitecto.
Y en unos años voy a ser
inútil, ni siquiera un complejo
de oficinas. Porque no
tenés teléfono, y vivís tan
lejos; el cartel de Pepsi Cola,
las gaviotas y el ruido.
Versión de Sandra Toro
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Somos parecidos a esos sapos que en la austera noche de los pantanos se llaman sin verse, doblegando con su grito de amor toda la fatalidad del universo.
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
René Char
No haría falta amar a los hombres para darles una ayuda real. Sólo desear hacer mejor cierta expresión de su mirada cuando se detiene en algo más empobrecido que ellos, prolongar en un segundo cierto minuto agradable de su vida. A partir de esta diligencia y cada raíz tratada, su respiración se haría más serena. Sobre todo, no suprimirles por entero esos senderos penosos, a cuyo esfuerzo sucede la evidencia de la verdad a través de los llantos y los frutos.
René Char
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